lunes, 13 de enero de 2014

Lenguaje receptivo

El lenguaje receptivo es la adquisición del lenguaje. Puede ser comunicación oral, escrita o simbólica que es procesada por el cerebro del oyente. En el lenguaje receptivo una persona comunica algo mientras que la otra recibe el lenguaje y, de alguna manera determinado por la edad y su capacidad, aprende algo. Por lo tanto, el lenguaje receptivo es la mitad de la comunicación que se basa en escuchar (o leer).



Fonología
La fonología es la construcción de sonidos mediante la cual se crean palabras en el lenguaje. Los niños de sólo unos días empiezan a construir estos sonidos en palabras. Muchos niños de un año han usado la fonología para adquirir alrededor de cinco palabras que puedan decir y entender. Sin embargo, esto puede variar mucho, desde ninguna palabra a 30 o más.


Semántica 

El aspecto de la semántica en el lenguaje receptivo involucra la habilidad del niño en relacionar el significado a las palabras o frases. Un niño o cualquiera que aprenda un nuevo lenguaje debe usar la semántica para seleccionar el significado adecuado de las palabras que forman oraciones. El desarrollo de la semántica del lenguaje receptivo incluye bases fundamentales como un infante en sus primeros tres meses de vida moviendo sus ojos hacia los sonidos, uno de 6 a 9 meses mirando a objetos simples cuando se menciona a alguno de ellos, y uno de 2 años y medio a 3 mostrando su habilidad de repetir oraciones de siete sílabas. Cada una de estas habilidades semánticas, y muchas otras, muestras el progreso hacia interpretar el lenguaje receptivo.
Gramática 

Cada lenguaje tiene una estructura gramatical compleja propia. La gramática debe ser comprendida y aplicada por el aprendiz del lenguaje receptivo para poder progresar en sus capacidades de comunicación. Todos los lenguajes compartes algunas características, como la necesidad de los sujetos y los verbos para tener una oración completa.

Pragmatismo
Para que el aprendiz del lenguaje receptivo tenga éxito en la adquisición y expansión de la comunicación, debe entender cómo el lenguaje funciona en una situación dada. Por lo tanto, observa que las conversaciones comienzan con saludos, giran alrededor de temas particulares que pueden ser tristes, de enojo, controversiales, tensos, etc. Mediante la observación, los niños aprenden a relacionar lo que necesitan comunicar con el objetivo y la situación actual.

Desórdenes



El éxito en la habilidad del lenguaje receptivo puede ser obstaculizado por distintos desórdenes. Pueden ser desde la sustitución de una letra por otra o la mala pronunciación de ciertos segmentos sonoros, a otros problemas más serios, como los defectos en la boca y garganta o incluso el autismo. Las condiciones que inhiben la adquisición del lenguaje receptivo usualmente pueden ser tratados, produciendo al menos algunos resultados. Una mezcla de desórdenes expresivos y receptivos también es posible.

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