La competencia Proxémica es esa habilidad que tenemos para crear,
transformar y apropiarnos de espacios, tanto en la vida pública como privada.
Es la ciencia que estudia el
conjunto de comportamientos no verbales que hacen referencia a la organización
del espacio y se encarga de analizar el valor expresivo que el ser humano le
confiere a dicho dominio. Dentro de éste ámbito de estudio podemos distinguir
entre dos tipos de espacios. Por un lado encontramos el espacio físico o
territorial y en segunda lugar, el espacio psicológico o personal.
El primero de ellos se
caracteriza porque concede importancia al espacio social o público y la clave
primordial de dicho espacio es que en cada cultura obtiene una concepción
distinta. Por ejemplo, cuando un turista viaja al extranjero suele tener más
dificultades que otro habitante que no haya viajado con frecuencia. Esto que
padece viene a denominarse “el choque
cultural”. Dicho fenómeno se produce cuando el individuo aprecia que se ha
producido un desplazamiento de las normas que ha seguido en su país y las ha
visto sustituida por otras, que siguen un patrón de conducta ajena. La mayor
parte de cómo se organice ese nuevo espacio puede ayudar a los teóricos a
encontrar el motivo por el cual, se produce dicho choque cultural.
Este teórico sostiene que el
espacio que delimita el ser humano no es fruto de la voluntariedad, sino que su
aparición tiene lugar de forma totalmente inconsciente. Hall basó su ámbito de
estudio en el manejo que las personas hacen de los espacios a través del
desarrollo de los órganos visuales, auditivo, olfativo y táctil. En este
sentido, argumenta que cada individuo está compuesto por una cápsula protectora
invisible o un círculo imaginario que protege el espacio vital de la persona.
En el supuesto de que algún ente no autorizado por el individuo quisiese formar
parte de ella sin su pleno consentimiento, éste se vería obligado a tomar
medidas al respecto alegando que el sentido humano del espacio es únicamente de
relevancia personal.
Edward T. Hall estableció una clasificación
mediante la cual situó cada espacio personal en cuatro subcategorías, según la
distancia a la que se producía dicha interacción. De acuerdo con el análisis de
éste investigador, la distancia íntima está definida como la relación que mayor
carga emocional soporta y estima desde el primer contacto físico hasta 45
centímetros. La distancia personal que se suele utilizar con cualquier grupo de
amigo se desarrolla desde los 40 centímetros hasta 1,20 metros. La distancia
social es aquella que se mantiene ante cualquier extraño, abarca desde el metro
veinte hasta 270 centímetros y finalmente, la distancia pública es aquella
mediante la cual se desarrollan conversaciones oficiales y comprende más allá
de 270 centímetros. Este tipo de aportes con respecto a la Comunicación no
Verbal y su incidencia en los nuevos formatos informativos es de suma
importancia. Se puede observar que en cualquier tipo de reportaje informativo,
el periodista que porta el micrófono suele colocarse a una distancia prudencial
del entrevistado.
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