lunes, 13 de enero de 2014

Lenguaje proxémico

La competencia Proxémica es esa habilidad que tenemos para crear, transformar y apropiarnos de espacios, tanto en la vida pública como privada.

 
Es el lenguaje no verbal que utiliza el espacio físico que les rodea para expresar un mensaje: emisor y receptor organizan sus encuentros y con esas distancias definen su relación interpersonal. Se refiere al empleo y a la percepción que el ser humano hace de su espacio físico, de su intimidad personal; de cómo y con quién lo utiliza. Una nueva dimensión no-verbal de la comunicación, una nueva interpretación de las distancias y una nueva percepción de los espacios.

Es la ciencia que estudia el conjunto de comportamientos no verbales que hacen referencia a la organización del espacio y se encarga de analizar el valor expresivo que el ser humano le confiere a dicho dominio. Dentro de éste ámbito de estudio podemos distinguir entre dos tipos de espacios. Por un lado encontramos el espacio físico o territorial y en segunda lugar, el espacio psicológico o personal.

El primero de ellos se caracteriza porque concede importancia al espacio social o público y la clave primordial de dicho espacio es que en cada cultura obtiene una concepción distinta. Por ejemplo, cuando un turista viaja al extranjero suele tener más dificultades que otro habitante que no haya viajado con frecuencia. Esto que padece viene a denominarse  “el choque cultural”. Dicho fenómeno se produce cuando el individuo aprecia que se ha producido un desplazamiento de las normas que ha seguido en su país y las ha visto sustituida por otras, que siguen un patrón de conducta ajena. La mayor parte de cómo se organice ese nuevo espacio puede ayudar a los teóricos a encontrar el motivo por el cual, se produce dicho choque cultural.

En otro orden, el espacio psicológico o personal otorga importancia al contexto íntimo de la persona, puesto que delimita el espacio que posee. El antropólogo Edward T. Hall aportó amplios conocimientos sobre el manejo de la distancia que ejercitan los humanos durante cualquier proceso comunicativo no verbal.

Este teórico sostiene que el espacio que delimita el ser humano no es fruto de la voluntariedad, sino que su aparición tiene lugar de forma totalmente inconsciente. Hall basó su ámbito de estudio en el manejo que las personas hacen de los espacios a través del desarrollo de los órganos visuales, auditivo, olfativo y táctil. En este sentido, argumenta que cada individuo está compuesto por una cápsula protectora invisible o un círculo imaginario que protege el espacio vital de la persona. En el supuesto de que algún ente no autorizado por el individuo quisiese formar parte de ella sin su pleno consentimiento, éste se vería obligado a tomar medidas al respecto alegando que el sentido humano del espacio es únicamente de relevancia personal.

 Edward T. Hall estableció una clasificación mediante la cual situó cada espacio personal en cuatro subcategorías, según la distancia a la que se producía dicha interacción. De acuerdo con el análisis de éste investigador, la distancia íntima está definida como la relación que mayor carga emocional soporta y estima desde el primer contacto físico hasta 45 centímetros. La distancia personal que se suele utilizar con cualquier grupo de amigo se desarrolla desde los 40 centímetros hasta 1,20 metros. La distancia social es aquella que se mantiene ante cualquier extraño, abarca desde el metro veinte hasta 270 centímetros y finalmente, la distancia pública es aquella mediante la cual se desarrollan conversaciones oficiales y comprende más allá de 270 centímetros. Este tipo de aportes con respecto a la Comunicación no Verbal y su incidencia en los nuevos formatos informativos es de suma importancia. Se puede observar que en cualquier tipo de reportaje informativo, el periodista que porta el micrófono suele colocarse a una distancia prudencial del entrevistado.


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