La estilística es un campo de la lingüística que estudia el uso artístico o estético del lenguaje en las obras literarias y en la
lengua común, en sus formas individuales y colectivas.
Analiza todos
los elementos de una obra o del lenguaje hablado, el efecto que el escritor o
hablante desea comunicar al lector o receptor del discurso hablado y los
términos, giros o estructuras complejas que hacen más o menos eficaces esos
efectos. Intenta establecer principios capaces de explicar los motivos que
llevan a un individuo o a un grupo social a seleccionar expresiones
particulares en su uso del lenguaje, la
socialización de esos usos y la producción y recepción de significados.
Comprende la crítica literaria y el análisis del discurso crítico.
Un género literario puede observarse
como un grupo de características que marcan el estilo y lo diferencian. Por
ejemplo, prosa y poesía. Otros aspectos
considerados por la estilística son el diálogo, la descripción
de escenas, el uso de voz pasiva o voz activa, la
distribución y extensión de las oraciones, la utilización de registros
dialectales, las figuras de dicción y las figuras de pensamiento, el predominio
de una categoría morfológica o clase de palabra, el uso de los símiles o comparaciones, la selección o predominio de unos
determinados tropos, metáforas o imágenes.
El lenguaje es,
en términos cabales, el material del artista literario. Y se puede decir que
todo autor escoge, de esos materiales, de la lengua, aquellos componentes,
aquellos rasgos, que le han de servir a su propósito, como el escultor elige el
mármol en que va a esculpir su estatua. La imprenta o el sello del autor,
constituye el estilo.

El estilo, como concepto, se refiere a un conjunto de rasgos específicos de toda
composición artística, determinado por la unión de diferentes formas que en
conjunto proporcionan la obra de arte. En las obras
literarias -que es lo que ahora interesa- el estilo se relaciona con el léxico
y su riqueza y precisión, con la adecuación o inadecuación del mismo; también
hace referencia a la estructura de las oraciones, a los giros idiomáticos, al
ritmo del lenguaje...
El concepto de
estilo fue usado, primariamente, para el arte literario y a partir del siglo XVIII se desplazó hacia las artes plásticas.
En las épocas
primeras el estilo era considerado como algo objetivo, caracterizado o moldeado
por el género literario elegido. Dentro de estos límites se posibilitaba cierto
margen de variaciones individuales.
Las
"maneras de decir" o clases de estilo provenientes de la retórica antigua o medieval, constituían fundamentalmente
tres: el estilo "sublime",
el "mediano" y el
"bajo". Cada uno de
ellos tenía asignados contenidos o temas específicos.
En la
actualidad, el contexto objetivo o preceptivo gravita menos. El análisis
estilístico se orienta de modo preferente hacia el conocimiento de los
caracteres personales del autor. Todavía en Friedrich Schiller el estilo era
depositario del objeto representado y todo modo de exposición
"personal" de un artista era estimada como una peculiaridad "manierista".
Suele hablarse
de "ruptura del estilo" cuando de un nivel o estructura el autor se
desliza hacia otra, súbitamente. En ocasiones ello puede responder a falta de
habilidad estilística del autor, pero en otros casos es un procedimiento
perseguido deliberadamente en la persecución de determinados efectos de la obra
literaria.
Por "medio
estilístico" se entiende a cada uno de los elementos que conforman una
totalidad de estilo. Así se denominan las figuras retóricas y cualquier
peculiaridad del habla escrita perseguida y no obtenida por azar.
Dentro de las
diferentes modalidades de estilo, puede destacarse un estilo
"nominal", en el cual preponderan los sustantivos; y uno
"verbal", con predominio de las acciones o verbos.
También se
reconocen estilos "encabalgados" y no "encabalgados". En
estos casos el uso del "encabalgamiento", define
las peculiaridades.
El estilo
lacónico, conciso, ha sido tradicionalmente conocido, como telegráfico. Se
suprime la mayor cantidad de nexos, y se dio en el expresionismo.
El estilo
"hierático" es el excesivamente rígido muy vinculado a estructuras
arcaicas. Es el estilo poco espontáneo y vivo.
En cuanto a la
relación con el tiempo, se habla de estilo individual cuando lo que predominan son las
características de un determinado autor; en el estilo
de época lo que pesa es
supraindividual, propio de un tiempo en la historia del arte y del arte
literario en particular.
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